Las Armas Bs. As.
La habitación
Yo labré tu comisura con orfebre precisión
hasta advertir con pavura en tu ventana una visión.
Era ella envuelta en frío reclamando con razón:
“¿No eras mío?”
Entonces tu cabello oscuro y enrulado se enredó
con su pelo lacio y rubio, y de este lado quede yo
que observaba anonadado y desnudo en el colchón.
“¿No eras mío?” dijo al trio con su brío otra voz
conocida de otra vida... ¿ Y cuántas vidas tuve yo?
Bien... lo cierto es que sus ojos verdes en la habitación
eran el monstruo de Shakespere que tronaba con pasión:
“¿No eras mío?”
Vamos a frenar un poco aquí…
hay demasiada gente esta pieza.
No esperemos un final feliz
cuando esto recién empieza
La
y si en todo este lio
ni siquiera yo soy mío.
Hace falta que les diga que una amiga en el placard
abrió presa de la intriga la puerta de par en par:
“Discúlpame, hay mucha gente. Solo paso a saludar…
¿no eras mío?”
Vos mirabas aterrada: “¿Qué hacen en mi habitación?”
Vivas, muertas, enterradas, como una congregación…
Si hasta mi novia del pueblo escribió en tu poster de John:
“¿No eras mío?”
Vamos a frenar un poco acá…
Hay demasiada gente esta pieza.
Quisiste hacer el amor en paz
y ahora se deshace con tristeza.
Es un mundo sombrío
Y ni siquiera yo soy mío…
Coincidieron casi todas: no merezco mi valor.
Y llegó ella como coda, que no es la ella anterior…
Ella es ella y no hace falta demasiada aclaración:
"Siempre fuiste y serás mío.Con amor."